DEL 19 AL 28 DE NOVIEMBRE
DE 1984
Viaje de novios con
compañía (je, je,). Fulgencio y Maruja, nuestros amigos.
LUNES 19- Benidorm-Premia de Mar
Salimos de Benidorm y paramos a comer en Calpe, el comienzo
inmejorable, pues distan 20km.
El resto del día viaje, con alguna parada para
repostar y estirar las piernas, lo hicimos mayoritariamente por autopista en
nuestro Citroen GS Palas (entonces ir a Barcelona era más lento).
Llegada a Premiá
de Mar por la noche. Alojamiento en casa
de Patricio (hermano de Fulgencio). La cena, la habitación y el trato
fueron exquisitos. Qué tiempos aquellos en que se instalaba uno en casa de la
familia por todo el morro.
MARTES 20. Barcelona.
Aterrizamos en
el centro y comenzamos la andadura por aquellas calles, visitamos el museo de
cera; la Plaza de España, con un ambiente sórdido, plagada en aquellos momentos
de trabajadoras del amor. La Rambla, con su particular bullicio, que consiguió
embobarnos, sus coloridos puestos de flores que cautivaron a nuestro amigo, tan
aficionado a la jardinería. Entramos también al Mercado de la Boquería donde
descubrimos artículos nuevos y seguimos paseando hasta llegar a Colón. Anduvimos por el paseo arbolado frente al
puerto. Subimos en el funicular hasta Tividavo desde donde había una buena
vista panorámica de la ciudad. Comimos en un acogedor restaurante junto a la Rambla, por la tarde fuimos a la
Plaza Cataluña y saboreamos un café en una de sus terrazas viendo el trajín que
provoca el ir y venir de la gente. Luego llegamos paseando a la zona “cultural”
y decidimos entrar al teatro Apolo a ver
“La saga de los Martínez”. El teatro para nosotros no era algo habitual,
sacamos la entrada más barata y nos tocó el gallinero, nos reímos mucho y no
precisamente por la obra, que arriba casi ni se escuchaba, sino por lo tacaños
que habíamos sido. Fue un día de descubrimiento de una ciudad dinámica, moderna
y muy viva.
MIÉRCOLES 21. Premia de Mar-Andorra.
Nos alucinaba
todo, el verde del paisaje, las vacas sueltas en mitad de los pueblos, la gente
hablando aquel catalán que no entendíamos. Almorzamos en una aldea pan con
jamón a la catalana y seguimos haciendo
ruta muy despacito para no perder detalle de aquel alucinante paisaje
montañoso. Comimos por el camino, un conejo a la brasa, en una tasca muy
rústica de un pueblo con casas de piedra y tejados de pizarra. Disfrutamos
muchísimo de aquel tramo de carretera, era todo tan nuevo para nosotros…
Nos fuimos
por la carretera que llevaba a Manresa, Berga, subiendo hasta la Estación de
esquí de La Molina donde disfrutamos un rato lanzándonos pelotas de nieve. Para
nosotros era novedoso ver tanta nieve. Desde La Seo d’ Urgel se llega hasta la
frontera. Pasamos la Aduana sin ningún problema, tras un rato de hacer cola para los trámites y
llegamos a la capital andorrana bastante avanzada la tarde. Dormimos en el
hotel “Bella Vista”, aunque carecía de la vista anunciada. Salimos a cenar y entramos
en una sala de bingo, lo cantábamos casi todo y nos reíamos casi más.
JUEVES 22- Andorra.
Día de
compras en los almacenes “Andorra 2000”. Ir a Andorra significaba entonces ir
de compras, en aquel momento allí no se pagaban casi impuestos comparado con
España y había mucha más oferta allí de aparatos electrónicos que estábamos
descubriendo poco a poco, nuestra economía entonces era precaria. Adquirimos 2
equipos de música, 2 relojes, 2 cámaras de fotos, whisky y crema de whisky, cigarrillos,
quesos, un montón de paraguas, etc.
Comimos comida típica andorrana o qué se yo,
"judías con butifarra” y cordero. Dejamos las compras en el hotel y
paseamos por la ciudad. Por la noche volvimos al bingo, Satur quería probar
comida típica y se pidió para cenar algo que tenía nombre exótico: “un piper y
una cerveza”, el camarero le insistía si lo quería con coca cola y él insistía
que lo quería solo, nosotros pedimos un bocata de jamón. Cuando le trajeron la
cena que consistía en un whisky marca Piper, nos reímos de lo lindo. Aquella
noche no cenó.
VIERNES 23, Andorra-Viella.
La ignorancia es
muy atrevida y la nuestra rallaba el límite, la clavada en la aduana fue tremenda
porque no supimos esquivar el control de la policía. Debíamos tener cara de
“sospechosos” porque nos registraron el coche enterito, por dentro y por fuera.
Nos cobraron impuestos de todo, incluso por los paraguas que compramos para
regalar a la familia. Nos dejaron sin un céntimo y con un cabreo monumental. En
la Seo de Urgel sólo visitamos el banco, había que reponer el bolsillo vacío y
tratar de olvidar el tema para seguir disfrutando. Nos dirigimos a Sort y
echamos un vistazo al pueblo que nos pareció muy bonito.
Comida en una
aldea, buena y barata. Ascendíamos puertos por unas carreteras estrechas y
plagadas de curvas y bajábamos a valles frondosos. Lo más alucinante del camino
fue el ascenso al Puerto de la Bonaigua donde ya había nieve Llegada al
anochecer a Viella, búsqueda de alojamiento bueno, bonito y, sobre todo, barato.
Casa Miguel o San Miguel
se llamaba, barato si que era y frío también, no había calefacción, pero
nuestra juventud nos aportaba calorías. Poco ambiente en aquella época en la
ciudad, así que, cenamos en un Franfurt que
encontramos abierto y poco más.
SÁBADO 24, Valle de Arán.
Poca información
teníamos de la zona, nos trazamos un itinerario en el mapa y visitamos la
estación de Baqueira Beret, entonces no estaba tan de moda, los pueblos de alrededor y el lago artificial,
donde había caballos sueltos y un refugio de montaña. Los recuerdos no dan para
más y las escasas fotos no ayudan.
DOMINGO 25, Visita a la Virgen de Lourdes y Pau.
Nos levantamos
muy temprano y tomamos rumbo a Francia. Cambiamos
5000pts en francos que gastamos en
desayunar y en velas a la
Señora de Lourdes, que por cierto han hecho su efecto, porque
ya son muchos años y todavía seguimos juntos... Pues eso, que visitamos la Basílica y calles de alrededor
en Lourdes y llegamos hasta la ciudad de Pau, donde, por cierto, comimos
gracias al jamón del primo Evelio, al
que logramos encontrar por las indicaciones de un señor español, Pepe de
Málaga. Yo creía que mi francés, que aprendí en el instituto, me ayudaría a
superar las dificultades, pude comprobar que a duras penas me hacía entender
pero ni de coña me enteraba de lo que me decían ellos, hasta que
afortunadamente apareció un señor al que yo me esforzaba en hablar en francés y
él, risueño, me respondió “oui” y siguió en español. Nos contó que era de
Málaga y llevaba en Pau 20 años…
Pasamos la tarde
con Sara y Evelio, vivieron allí durante aquel curso pues Evelio trabajaba en
la Universidad.
De regreso nos perdimos, (¡natural!) pero con
la ayuda de Nª. Sra. y del francés de la “Mari Loli”, encontramos el camino de la Espagne , siempre vía
Montrejeau.
LUNES 26. Camino a Zaragoza.
Atravesamos el
túnel de Viella, que nos pareció una obra colosal, pasa salir del Valle. La
carretera secundaria que transcurre por la Sierra Ballabriga deja admirar
bonitas vistas, igual que la que acompaña al Río Ésera por el valle hasta
llegar a Barbastro. Si bien para recorrerla tardamos mucho tiempo porque era
una vía muy lenta. A partir de aquí la carretera se nos hizo menos atractiva pero
más rápida. Bordeamos Huesca y llegamos a Zaragoza al atardecer, buscamos en el
Barrio de Las Delicias alojamiento en casa de Celia. Seguimos con la tradición
de “pegar la gorra” en casa de amigos. Celia es la hermana de Jesús, mi tío político,
y José Manuel su sobrino, con él habíamos convivido un tiempo el año anterior y
nos apetecía visitarlo. Nuestro agradecimiento a sus atenciones.
MARTES 27. Zaragoza.
Aprovechamos la
mañana en descubrir el centro de la ciudad. Aparcamos cerca de la Plaza del
Pilar, visitamos la Basílica, nos asomamos al Puente de Piedra para ver como
caminaba el Ebro, nos adentramos luego por las callejuelas de “El Tubo” y
saboreamos unas cervecitas acompañadas de buenas tapas, el sabor de la
gastronomía es una parte importante que se guarda del viaje. En esta ocasión
aquella zona quedó muy grabada en la memoria. Por la tarde, acompañados de José
Manuel, anduvimos por la Vía Cesar Augusto hasta la Puerta del Carmen, un arco
milenario que daba acceso a la ciudad antigua y que está situado en una plaza
rodeado de jardines. Bajamos por la Avenida de la Independencia, arteria
comercial de la ciudad, muy ancha y ajardinada. Visitamos también la casa del
“Cotorro” y la “Cachana”, unos amigos de José Manuel, que conocimos en Benidorm
aquel verano, con los que hicimos buenas migas y que nos acompañaron a rematar
la jornada por los garitos del Tubo entre vinos, tapas y risas.
Fue un estupendo
día que recordamos con mucho afecto.
MIÉRCOLES 28, Zaragoza-Azuara-Valencia-Benidorm.
Salimos temprano
de Zaragoza por la N-330 hasta Cariñena donde nos desviamos dirección Belchite.
Pasamos por Fuendetodos, pueblo natal de Goya, y llegamos a Azuara para visitar
a los abuelos de José Manuel y padres de Celia y mi tío Jesús. Tan simpáticos y
hospitalarios como siempre. Estuvimos con ellos un rato y nos marchamos a
Belchite, un pueblo símbolo de la Guerra Civil que conserva los destrozos de
aquella tragedia. Desde allí camino a Valencia, a la casa de los tíos de
Fulgencio Vicente y Josefa que nos agasajaron con una comida-merienda rica y
abundante. Nos esperaban para comer pero llegamos bastante tarde, aún así la
disfrutamos mucho porque llegamos hambrientos. Nos invitaron a quedarnos en su
casa a dormir pero declinamos la invitación porque ya estábamos cerca de la
nuestra a donde llegamos tarde y cansados.
Y fin del viaje.