MALTA 2007

NAVIDAD 2007, DEL 22 AL 29 DE DICIEMBRE

-PREÁMBULO
Muchas horas frente al ordenador navegando por Internet (Satur más que yo, tengo que reconocer su mérito) dieron su fruto y nos permitieron conseguir vuelo y hotel a buen precio.
-Vuelo con RYANAIR = 96’50€
-Hotel Rafael SPINOLA, en St. Julians (alojamiento, desayuno) = 134’20€

-SÁBADO, 22. VIAJE DE IDA
El despertador ha sonado a las 6 de la mañana. Nos ponemos en marcha sin pereza, pues aunque casi todo lo dejamos preparado por la noche falta meter en la maleta las últimas cosillas antes de salir disparados a coger el bus de Valencia. En este viaje salimos desde la nueva estación de autobuses de Benidorm. Todo con prisa para llegar pronto que Satur se acelera si no va sobrado de tiempo.
Salimos de casa a las 7h y tardamos mas de 20 minutos en llegar andando.
La estación está inacabada todavía, tratamos de entrar por la parte de arriba con el ascensor pero hubo que deshacer el camino y llegar por abajo dando toda la vuelta.
Compramos los billetes de ida y vuelta, con la vuelta abierta pues no sabemos cómo irá el regreso.
La salida está anunciada a las 7’45h. en el andén nº 3. Hay un pequeño retraso de 10 minutos, pero por fin el bus enfila hacia la autopista.
Está claro que no llegaremos a la hora indicada: 9’45h.
Llueve durante todo el camino y en Valencia mas.
Pasadas las 9’30h entra el bus en la estación. Buscamos con celeridad el bus del aeropuerto, pero no para en la estación sino fuera, en la calle de atrás. Nos vamos andando deprisa y mojaditos, esperamos un rato hasta que llega el de color amarillo, nº 72, que nos pasea por todos los pueblos antes de llegar al aeropuerto en Manises. Por fortuna es pequeño y enseguida localizamos los mostradores de facturación: del 39 al 42.
Son las 10h30’ hay muchas colas pero todavía no está abierto para Malta.
Pasarán más de 10 minutos antes que se comience a facturar. Tenemos a mucha gente delante. Entre espera y espera me voy a comer el bocata pues ya marca el reloj las 11h30’, Un chico joven me pregunta si viajo a Malta, le digo que si, se interesa por el motivo del viaje y charlamos un poco… Luego de facturar es Satur el que almuerza, pues este “equipaje“ sólo podemos llevarlo en la barriga.
Por fin abren “la Gate” nº 11 para embarcar. Antes hemos pasado el control de “avistamiento” de bolsos, abrigos y objetos personales, así como la revisión de pasaportes, esta vez no nos ponen sello de salida ¡claro somos vecinos!
La suerte nos acompaña, después de indicarnos la salida hacia la pista descubrimos que hay que llegar andando hasta el avión, el trayecto es corto porque el aeropuerto de Valencia es muy pequeño, pero está lloviendo.
Nos toca sentarnos junto a una señora búlgara que nos cuenta que va a visitar a su hijo que trabaja como mecánico en el aeropuerto de Malta. Ella trabaja en Moraira cuidando a 2 niños de una pareja española y ahora su hijo la invitó a pasar juntos las navidades en Malta. Dice que tiene miedo a volar y por eso habla todo el rato… El viaje pasa rápido, son 2 horas de vuelo. Aterrizamos en Malta a las 14’30h.
En cuanto entramos en la Terminal vemos un cajero automático y aprovechamos para sacar algo de dinero: 50Lm = 116’30€
Luego rápido a recoger el equipaje. En la espera veo al chico, con acento gallego, que estuvo hablando conmigo en Valencia y le comento a Satur que voy a preguntarle si sabe del medio mas barato para llegar hasta St. Julians, donde tenemos el hotel. El gallego se enrolla super bien con nosotros, nos dice que el también va en aquella dirección y que hay bus por poco dinero. Nos lleva hasta el bus nº 8 que va a Valleta y ¡sorpresa: no nos cobran! Un señor explica en inglés que el transporte público es gratuito durante 3 días, ¡pues genial por la bienvenida!
Nos pasamos todo el trayecto de charla con el chico, que fue encantador. Nos cuenta que está en Malta desde hace 2 meses, se marchó con su novia con la intención de quedarse durante una temporada para aprender inglés, ahora están trabajando, él de camarero en un restaurante y su chica en un hotel. Ahora viene de visitar a su familia por 4 días que le dieron libre y vuelve a currar con la mochila llena de cositas. Nos comenta que su familia estaba un poco asustada porque había dejado su trabajo en un banco y se había marchado a la aventura, pero su reflexión era que si no lo hacían a los 25… se pasa el arroz.
Sin darnos cuenta llegamos a la Terminal de buses de La Valleta, luego se empeña en acompañarnos hasta la oficina de turismo que queda muy cerca a coger mapas y horarios de bus, pero las empleadas que allí trabajan no destacan por su simpatía y su eficacia, así que nos cogemos (mejor dicho, nos coge) algunos de los folletos que hay al alcance y salimos pitando hacia la Terminal para agarrar el bus nº 65, 67 que nos llevará, a él a su casa, en Griza, y a nosotros al hotel Rafael Spinola en St. Julians.
¡Gracias, muy agradecidos!
Preguntamos a una mujer por la parada del hotel y OK, bajamos y justo en la esquina anterior está la calle ROSS donde se ubica el hotel.
La primera impresión no es mala, el precio que hemos pagado tampoco nos permite muchas exigencias. ¡Está limpio!
Acomodamos el equipaje y decidimos salir a reconocer el terreno de los alrededores para decidir donde cenar porque ya hacía mucho rato que almorzamos.
La impresión primera es que esto está muy caro, los precios están en Liras maltesas y en Euros (entran en la moneda europea a partir del 1 de enero)
1Lm = 2’33€. En un restaurante barato: 1 coca-cola= 1Lm= 2’33€
1 plato combinado = 3’50Lm = 8’15€, 1 kebak = 1’75Lm = 4€
Paseamos por los alrededores del hotel, nos da la impresión que están casi todos los chiringuitos cerrados, lo que si tiene ruido y gente es un centro comercial que hay unas calles mas allá…
En fin, una primera impresión buena en cuanto aspecto y gentes, los precios nos han despistado un poco, como en España o quizás un poco más.
A la vuelta cenamos en un chiringuito, está en la esquina de la misma calle que el hotel y justo enfrente hay una tienda que tiene de todo, compramos una botella de agua, cola y algunas golosinas para llevar.
Subimos pronto a la habitación porque estamos un poco cansados, desde la mañana sin parar y con la subida de adrenalina que provocan los viajes.
Miramos las guías y decidimos ir mañana al pueblo donde hacen el mercado de pescado (nos lo recomendó el gallego) –MARSAXLOKK.
Escribir en el diario, leer un rato y pronto a dormir…

-DOMINGO, 23
Nos levantamos a las 7’00h. pasadas las 7’30h bajamos al comedor a descubrir el desayuno, no es nada del otro mundo pero con lo que hemos pagado no podemos ponernos muy exigentes.
Hay: leche, café soluble, agua-té, pan de cuatro clases cortados en rebanadas para tostar, cereales, mermelada, mantequilla, aceite, naranjas con pinta tristona y zumo poco natural. También hay queso y salami de presencia y sabor internacional… En fin, hay cosas para desayunar porque nosotros no somos nada pretenciosos y nos comemos “casi todo”.
Preguntamos a la recepcionista por la parada del bus a la Valletta y está muy cerca, casi enfrente de donde lo dejamos ayer a la venida.
Nos calzamos la mochila y nos vamos en busca de aventura, seguro que la habrá porque está lloviznando y no tenemos paraguas, en cada viaje nos toca comprar uno, ya tenemos en casa algunos, pero allí están bien.
Ha sido llegar y besar el santo, apareció un bus que va a nuestro destino:
La Valletta, el nº 67.
Nos pasea por toda la costa de Sliema hasta la Terminal y lo mejor: ¡gratis!
Una vez en la Terminal decidimos ir otra vez a la oficina de turismo a recabar información y algún mapa mas, aunque hoy hay otra chica, la simpatía era parecida a la del día anterior. Pasamos de ella, nos cogimos un mapa mas detallado del centro ciudad y nos marchamos a tomar el bus para M`lokk .
Preguntamos a un policía, nos señala el nº 27, nos subimos a él y salió pitando.
Nos dirigimos hacia el sur, de costa a costa. Nos pasea por todos los pueblos que hay en el camino: Marsa, Paola, Zejtum, Bir id Déb., hasta llegar a Marsaxlokk.
Nos bajamos en el puerto, donde está instalado el mercado “especial” de pescado (es los domingos). En realidad sólo hay unos cuantos puestos de pescados varios, el resto de puestos son de ropa, calzado y demás. Claro que visto el de Bergen, en Noruega, este queda un poco escaso. Lo que nos llama a atención es que venden Llampugas, algo que no habíamos visto hasta ahora (excepto las pescadas por Satur en aguas de Villajoyosa).
Damos una vuelta curioseando por todo el mercado callejero, pero el paseo no es muy agradable porque está lloviznando; hacemos algunas fotos y nos cobijamos en el “Café de París” a tomar un capuchino calentito.

Volvemos hacia la parada del bus degustando un pastel de higo,pero deja de llover y aprovechamos para dar una vuelta por las calles cercanas al puerto. Poco que destacar, algunos balcones de piedra en las casas de dos plantas. Luego vuelta al puerto para coger el bus de regreso a la Valletta.
Ya en la ciudad, tomamos la calle principal desde la Puerta de entrada a la misma (la parte vieja está amurallada). Primero nos dirigimos a la Co-Catedral de San Juan, pero justo ahora la están cerrando, vuelven a las 4 de la tarde. Seguimos calle abajo hasta el final: la avenida se llama República y nos lleva hasta el Fuerte de Sant Elmo, al que no se puede acceder porque está cerrado, pero ofrece unas vistas espectaculares de las penínsulas que hay frente a él y también del Gran puerto. Bordeamos por la derecha hasta el bastión de San Lázaro donde se anuncia una proyección en todos los idiomas, así que como la guía recomienda verla para entender mejor la evolución de estas islas, decidimos pagar por ello la módica cantidad de 7Lm, o sea 16’31€ para que nos cuenten su historia. Una vez pasado el chance debo admitir que es bastante rollo, a Satur le he dado varios codazos porque se dormía con la historia, luego dirá que no decían nada y lo cierto es que no paraban de hablar…
Seguimos subiendo por el paseo hasta el jardín de Barraca que ofrece bonitas vistas. De allí cortamos por una calle y volvemos callejeando a la avenida central, La Republica, con el propósito de encontrar un sitio digno en limpieza y precio para comer. No hay nada barato y encima no sabemos lo que ofrecen, así que, mirando, mirando decidimos sentarnos en un chiringuito decente y pedir un plato de pollo, ensalada, arroz y otro de beicon, huevos, ensalada con 2 cervezas.
Repuestas las fuerzas, nos vamos a visitar la Co-catedral: con una decoración cargadísima en suelo, paredes doradas y techo, como el churrigueresco en España.
Después de la visita estamos cansados y nos vamos poco a poco hacia el bus para volver a casita a leer un rato… ya no salimos porque hace frío y el cansancio nos puede. Nos dormimos pronto.

LUNES, 24 (NOCHEBUENA)
Diana a las 7, desayuno y pronto nos vamos a coger el bus para irnos a Rabat y Mdina.
Llegamos pronto, todavía no hay turistas en el recinto amurallado de Mdina, la antigua capital de Malta. Todo el conjunto ofrece un aspecto medieval exquisito, no hay calle que no contenga un gran edificio que fuera un palacio, hasta la grandiosa catedral es llamativa, es el edificio que mas resalta por su tamaño, pero todo es espectacular.
Cuando volvemos de recorrer todas las calles comienzan a llegar los grupos de turistas.
Dejamos para el final la visita al palacio arzobispal y la catedral, que aunque no tiene la excesiva decoración de la de san Juan, es también muy llamativa. Entrada = 2Lm.
Luego de patear Mdina nos vamos hacia Rabat a visitar las catacumbas pero las de San Paul están cerradas, entramos en las de Santa Rita.
Nos atiende una sra. con buen talante que nos da un folleto en español. Después de la visita nos compramos unos pasteles salados y una cerveza que nos comemos sentados en un parque mientras descansamos.


De allí nos vamos a coger el bus, al que esperamos durante mucho tiempo. Nos bajamos en Mosta, frente a la iglesia redonda, una de las mayores cúpulas de Europa. Es impresionante ver sus dimensiones externas.
Ahora está cerrada, abren a 16’00h. Hace bastante frío a pesar de haber salido el sol, así que, después de callejear un poco por los alrededores entramos en una cafetería a tomar unos ricos pasteles de higo y manzana y dos refrescos para paliar la espera: 3’70Lm.
Por fortuna abren las puertas antes de la hora. La iglesia no defrauda, es grandiosa. La cúpula es magnífica y el conjunto bonito, y encima: gratis.
Luego a la parada del bus a esperar largo rato para volver a Sant Julians.
Se hace de noche por el camino. Hoy que es Nochebuena y queremos buscar un sitio decente para cenar. Antes de subir al hotel recorremos los restaurantes de los alrededores en busca de un sabroso plato de pescado, miramos cartas y precios y no conseguimos aclarar nada…
Nos vamos a casita un poco decepcionados porque no encontramos nada que nos atraiga. Mientras nos arreglamos un poco para salir decidimos ir a Pizza Hut donde nos pedimos una ensalada maltesa (queso maltés con lechuga, tomate, maíz, zanahoria, aceitunas, alcaparras… buenísima) y una pizza también maltesa con 2 cervezas. Lástima que sea tan grande que no podemos terminarla. Total 23€, no es barato pero esto es lo que hay.
Volvemos al hotel pasadas las 9’30h de la noche, después de haber llamado a los papis para decirles: ”FELIZ NAVIDAD”.
Leer largo rato y a dormir, mañana no hay que madrugar.

MARTES 25, NAVIDAD
Sabemos que hoy está todo cerrado, incluso hemos leído que los autobuses sólo funcionan de 9 a 12 horas.
Nos hemos levantado tarde, pasadas las 8’30h. Después de las 9h casi no queda nada para desayunar, una escasa taza de leche y unas tostadas, pero todavía lo tienen peor los clientes que bajan después que nosotros. Este hotel es barato y escaso…
Hoy hemos decidido ir hasta el embarcadero de Sliema a ver si salen los barcos para hacer el crucero por las bahías de La Valletta, si no hay crucero nos volvemos a pie recorriendo la accidentada costa que es muy atractiva.
Ya hay que pagar el billete del bus = 0’20Lm
Nos deja frente al embarcadero, sin darnos cuenta nos topamos con un vendedor de que nos conduce con urgencia a un barco que está presto a salir para hacer el recorrido que queremos. Todo a pedir de boca, incluido el tiempo porque está bastante claro y el sol se asoma de vez en cuando, pagamos 32€ porque no tenemos liras. El recorrido dura dos horas y las vistas son estupendas. Grabamos y hacemos fotos de todo porque son muchas las postales que ofrece la ciudad y alrededores.
Volvemos encantados por haberlo podido hacer hoy.
Luego de vuelta a Sliema cogemos caminito y recorremos toda la costa a pie. Parece que esté cerca pero hay muchos recovecos, curva y contracurva que llevan su tiempo, aunque el paseo es agradable.
Decidimos comer en un restaurante que hay sobre el mar, todo acristalado, con vistas maravillosas, Leemos la carta del exterior y luego de descifrar y decidir por un menú de pescado, entramos y donde dije digo, digo diego… o sea, que nos traen unos papeles en maltés y finalmente pedimos a boleo, resultado: ensalada con alubiones avinagraos, champiñones sin sabor, 2 platos de pescado y gambas a la brasa secos e insípidos con 2 cervezas grandes = 44€, ¡un timo!, pero el que no sabe unas veces acierta y otras pincha y nosotros con la comida de navidad hemos “pinchao”
Seguimos caminando hasta Sant Julians
Todavía nos da tiempo a leer y dormitar un ratito antes de salir por la noche a cenar y dar una vuelta por la calle de “la marcha”, llegamos hasta el centro comercial que está a tope de gente. Nos cansamos pronto de dar vueltas y además hace frío, así que nos vamos al hotel porque hay que actualizar el diario y decidir el destino de mañana: será Gozo porque los días se pasan…

MIÉRCOLES 26. GRUTA AZUL
Nos despertamos pronto pero no apetece levantarse, hace muy mal tiempo, incluso llueve. Nuestro GOZO en un pozo, precisamente hoy que habíamos decidido ir allí nos sale un día chungo. Bajamos a desayunar con poco ánimo porque cada vez llueve mas, reposamos el desayuno a la espera de que mejore. Ya son mas de las 9h y no podemos perder más tiempo en la habitación, así que nos marchamos a LaValletta y una vez allí ya veremos...
Desde la central del bus bajamos hasta el embarcadero, subimos por la iglesia anglicana de Sant Paul (la visitamos, no tiene ni un adorno en el interior) y llegamos callejeando al centro.
En un pis pas decidimos irnos al otro extremo de la isla donde están la Gruta Azul y los templos Hagar Quim y Mnajdra (según información de Internet este está cerrado), igual allí no llueve.
Bus hasta Hagar Quim, nos avisa el conductor de donde nos tenemos que bajar. Apenas caen unas gotas, nos vamos andando hasta las “ruinas” y resulta que los dos templos están cerrados al público pero se ven desde fuera porque la alambrada no es opaca. La verdad es que hay que poner mucha imaginación para vislumbrar todo lo que se supone que quieren decir estas piedras antiquísimas = 3500-3000 A.C. pero “allí está” porque el conjunto arqueológico es Patrimonio de la UNESCO y ahora lo están rehabilitando.
Un paseo por entre piedras que no entendemos y unas bonitas vistas de la costa abrupta con muchas oquedades, entrantes y salientes rocosos: ¡aquí no hay playa!
Volvemos a la carretera, giramos a la izquierda y nos vamos andando por un paseo nuevo que conduce hasta la parte alta de la Cueva Azul, un gran agujero en el acantilado que ofrece una fantástica vista desde aquí. Hoy no hay paseos en barca porque hace viento.
Esperamos al bus nº 38 para que nos devuelva a la capital. Nos toca esperar un buen rato, hace frío.
Ya en La Valetta, nos compramos unas empanadas y un refresco para no perder mucho tiempo y nos vamos al Palacio de los Grandes Maestros. No es gran cosa, destaca la armería pero nosotros somos bastante pacíficos y esto no es nuestro fuerte. Luego de la visita nos vamos a callejear un rato pero hace frío y aquella zona ya tiene poco que ofrecernos, mientras en el hotel nos esperan dos estupendos libros de lectura y el calorcito.
Son las 8 de la tarde/noche y nos vamos primero a cenar y luego a dar
una vuelta por la calle de la marcha, todos los chiringuitos están abiertos y hay mucha gente a pesar del frío. Llegamos hasta el centro comercial y volvemos paseando hasta el hotel. Son más de las 10 de la noche.
Lectura hasta que llega el sueño…

JUEVES 27. GOZO
Nos despertamos a 7’30h. Lo primero que hacemos es mirar el cielo: está muy nublado pero no llueve.
Ducha, desayuno y…¿qué hacemos?

No lo pensamos más, nos vamos a coger el bus nº 645 y nos iremos a Gozo, es algo pendiente y mañana puede ser peor.
Nos conduce a lo largo de toda la costa desde Sant Julians hasta Cirtew, donde está el embarcadero. Esta parte de la isla está menos construida, hay pequeños bancales sembrados y mucho pedregal.
Bajamos del bus frente al ferry, compramos los pasajes: 2Lm x cada uno y nos subimos a un barco muy nuevo. Rodeamos la isla de Comino y en poco rato el barco está atracando en Ghajnsielem, pueblo en el que destacan las torres de varias iglesias, sobre todo el la parte alta.
El puerto está muy concurrido, hay muchos taxistas y varios autobuses esperando a los pasajeros. Nosotros buscamos alguno que nos lleve a Victoria (Rabat), la capital. El nº 25 tiene dicha indicación y sin pensar más nos subimos (0’20 x billete). Mirando el mapa, mientras se pone en marcha, nos damos cuenta que el Templo de Ggantica está antes de llegar a la capital. En la parada de Xawkija nos apeamos junto a otra pareja que nos parecieron italianos, pero resultaron españoles con “mucho morro”. Seguimos el camino andando dirección Ggantija, pero lo que parece nada en el mapa se convierte en un gran paseo cuesta arriba hasta llegar a Xaghra, donde se ubica el templo. Las “famosas piedras” están en un recinto acordonado, todos las fotografiamos y creo que pocos le encontramos el encanto que parecen tener porque terminamos la visita rápidamente. (Entrada: 3Lm).
En la puerta está la parada del bus: Stop Bus, y allí esperamos un buen rato con frío y gotitas de lluvia hasta que llegó el de Victoria.
Una vez en la capital, nos encaminamos por la avenida principal hacia la ciudadela, por el camino compramos unas empanadas y una botella de agua para amenizar el paseo. La ciudadela está totalmente amurallada, es un recinto pequeño, todo gira alrededor de la iglesia, “la catedral”, con una gran escalinata y unas callejuelas que conducen a la parte alta de la muralla desde donde se ve casi toda la isla, lástima que hoy el día esté nublado y apenas se vea el mar de fondo azul, como explica la guía.
Paseamos por dentro de la ciudadela y luego por fuera, unas cuantas calles con diminutas tiendas de artesanía muy llamativa pero muy cara. Empieza a lloviznar y hace cada vez mas frío, así que decidimos volver a coger el bus para regresar.
Todo fue rápido, una vez arranca el bus nos deja dentro del puerto, subimos al barco (el billete que tenemos nos sirve para la vuelta), nos acomodamos y tomamos un café calentito para amenizar el viaje.
Bajamos rápido y nos fuimos a buscar el bus nº 645 para volver, tenemos que esperar un ratito al cobijo de un cobertizo porque hace mucho viento.
Vuelta a Sant Julians, al hotel, todavía nos da tiempo a dormitar y leer un rato antes de irnos a cenar dos estupendos kebabs y una birra nacional por 4’25Lm. Vamos luego a dar un paseo por la zona de la marcha, pero hace frío y volvemos a la lectura que está muy interesante (“La Pasión India” de
Carlos Zafón y “Todo Bajo el Cielo” de Matilde Asensi)

VIERNES 28. ¡LOS INOCENTES!
Son más de las 8 y nos da pereza levantarnos. Hace un pésimo día, amaneció lloviendo: ¡qué inocentada! No dan ganas de salir del hotel. Desayunamos con calma, volvemos a la habitación a esperar a ver si aclara el día. Pasadas las 10 ya no aguantamos más, así que, nos vamos a La Valeta, parece que por el momento no llueve.
Bajamos hacia la parada del bus, hay mucha gente esperando, en el primero que llega no cabemos y hace un aire demasiado frío para estar allí parados, de repente comienza a lloviznar y nos entra la duda si seguir allí por más tiempo ¿Vamos a pasar frío y mojarnos o no?
De un plumazo desmontamos el plan y cambiamos de rumbo, nos vamos a visitar Paceville: el complejo Hilton que queda detrás de la parada del bus y que ¡sorpresa!, tiene un bonito puerto con impresionantes yates y veleros amarrados frente a unos vistosos edificios. Paseamos contra viento, frío y lluvia durante 2 horas para terminar en el centro comercial. Nos entretenemos curioseando en las diferentes tiendas hasta la hora de comer, volvemos a Pizza Hut porque allí se puede pagar en Euros, nos quedan pocas liras maltesas. No queremos cambiar demasiadas porque el próximo día 1 de enero Malta adoptará el Euro como moneda.
Después de comer pausadamente, contemplando la bahía por las cristaleras de la pizzería, nos vamos al hotel a dormir la siesta, en la calle hace mucho frío. Hoy casi preferíamos haber estado en casa porque hemos pasado muchas horas en el hotel. Menos mal que la lectura ayuda a sobrellevarlo.

SÁBADO 29. ÚLTIMO DÍA EN MALTA.
Hoy resta poco por hacer, alistarnos, bajar a desayunar y terminar de preparar el equipaje. Todo con calma. Se ha despertado el día tan malo como ayer, llueve y hace mucho frío.
Pasadas las 10h nos despedimos del hotel Rafael Spinola, sin hacer más ruido que el que producen las monedas que dejamos de propina en el cenicero. Bajamos calle abajo hasta la parada del bus, que por fortuna llega en seguida y que nos pasea hasta llegar a La Valetta durante 40 minutos. Una vez en la ciudad compramos fruta, galletas y agua, guardamos unas monedas de recuerdo y con el resto lo invertimos en un cenicero y una camiseta. Así acabamos con todo, la estancia y el dinero.
Tomamos un bus Nº8, conducido por un antipático conductor (seguro que el hombre tenía un mal día) y, tras pasearnos por media isla, nos deja en la puerta del aeropuerto. Eran las 12h30’ cuando llegamos y justo unos minutos después de estar bajo techo comenzó a diluviar. Pensamos que con aquella lluvia no podría salir el avión, pero se calmó un poco la cosa y 3 horas más tarde despegábamos rumbo a Valencia. Volvimos a coincidir con la señora búlgara que amablemente nos guardó asientos a su lado para contarnos su estancia y que le contáramos la nuestra.
El resto del viaje pasado por agua porque aquí llovía también. Aeropuerto de Manises, bus a Valencia, bus hasta Benidorm y otra vez en casa.
Posiblemente en primavera, la patria de estos vecinos europeos, pueda ofrecer mejores momentos a los viajeros. Para nosotros ha sido agradable a pesar que no nos acompañó la climatología. Han sido unos días de auténticas vacaciones tranquilas.
FIN