MEXICO (PENINSULA DE YUCATÁN) 2006

PENÍNSULA DE YUCATÁN (MÉXICO) Del 23 al 31 de diciembre.
2006 fue un año un poco diferente en cuanto a viajes se refiere. A principios de febrero compramos los billetes de avión para ir a México durante el mes de julio, comenzamos a preparar el itinerario comprando guías y recopilando información; pero cambiaron todos los planes en Semana Santa ya que nos fuimos de viaje a Marruecos para recorrer el norte y nos compramos un apartamento en Asilah. A la vuelta decidimos cambiar el plan de las vacaciones de verano. México quedaba pendiente. Cercana la fecha de Navidad llega la oferta de Pullmantour, 9D/7N en “todo incluido” a la Riviera Maya x 999€.
No lo pensamos mucho porque en verano, sólo el vuelo, eran 1300€. Aunque no nos gusta los viajes masivos en esta ocasión era atractivo, allí nos podríamos mover a nuestro antojo…

22 DICIEMBRE: BENIDORM – MADRID
Salimos hacia Madrid en cuanto terminamos de trabajar. Habíamos reservado habitación en el hotel Osuna, que queda cerca del aeropuerto y que tiene servicio gratuito para llevarte y recogerte. Dejamos el coche en el “Parking Larga Estancia” y fuimos a la Terminal 1, desde allí llamamos y nos vinieron a buscar para llevarnos al hotel. Cena y alojamiento.

23 DICIEMBRE: MADRID – CANCÚN
El vuelo salía a 10h45’ y tocaba estar en el aeropuerto 2h antes. Desayunamos en el hotel y nos llevaron hasta la T1, buscamos la cola para facturar, que era muy larga, y esperamos hasta conseguir las tarjetas y despojarnos del equipaje. Puerta de embarque, acomodo en el avión y comenzar el viaje…
La travesía duró 11h, por tanto aterrizamos en Cancún a las 15h, hora local. Nada más bajar del avión notamos una bofetada de calor húmedo que nos convidó a quitarnos la ropa de abrigo. Como éramos muchos los pasajeros costó un buen rato poder recoger el equipaje y organizarnos para tomar el bus adecuado que nos llevara al hotel. En el trayecto tardamos casi 2h. La recepción del complejo hotelero se llenó de viajeros deseosos de conseguir la llave de la habitación para poder dejar el equipaje e ir a cenar. Tal era la cola que nosotros nos fimos directos a cenar. El buffet era extenso y muy variado, con platos muy apetitosos y bebidas frescas. Una vez repuestas las fuerzas fuimos a registrarnos y recoger la llave de la habitación. Todo en orden y magnífico. Antes de irnos a dormir dimos una pequeña vuelta hasta la playa desde la zona “Tulum” donde se encontraba la habitación.
24 DICIEMBRE: PLAYA DEL CARMEN
Después de un abundante y variado desayuno nos vamos a inspeccionar las instalaciones del complejo hotelero. Aquí es todo a lo grande, se nota que han conseguido el terreno barato. Hay 5 pabellones dedicados a hospedaje alineados en paralelo y separados por abundante vegetación. Delante de ellos 2 piscinas con forma irregular, grandes también, por supuesto la playa es privada, aunque sin dificultad se pasaba a la del complejo vecino; teatros, embarcadero, servicio de buceo, tenis, golf, en fin, tantas cosas que el que sólo quiera estar aquí pasando el tiempo seguro que no se aburre.
Acudimos a la hora acordada a escuchar al representante de la agencia para saber la oferta que proponía. Nosotros no compramos ninguna excursión pero, una vez hecho por nuestra cuenta, descubrimos que estaban bien de precio, nosotros de antemano habíamos decidido ir a nuestro aire.
Tomamos la mochila y salimos a la carretera que pasa por delante del complejo, une Playa del Carmen y Tulum, pasan colectivos cada poco que hacen este recorrido, tienen 12-14 asientos y basta con hacer una señal con el brazo, si tienen sitio paran. Por el primer trayecto pagamos 20$ (Pesos), 15 por el resto. (En aquel momento 1€=14$)
Playa del Carmen es una población que ha crecido al amparo del turismo, por tanto hay variada oferta de hotelitos, restaurantes y tiendas de artesanía que colorean las calles próximas al puerto. Nosotros curioseamos, preguntamos en agencias locales, investigamos en el puerto y en la estación del bus para diseñar un poco lo que hacer en los días siguientes. Fue un primer contacto agradable, la temperatura era soportable pues el día estaba un poco nublado y el sol se mostraba tímido. Después de cansarnos curioseando por allí nos volvimos al hotel en un colectivo pleno de turistas.
Tengo que reconocer que se llega al paraíso, yo tan reacia siempre a estos complejos rectifico el prejuicio que tenía antes de conocerlo.
Cena de Nochebuena, espectáculo musical con bebidas nacionales incluidas y descanso.

25 DICIEMBRE: ISLA MUJERES
Nos levantamos pronto. A las 7h10’ ya estamos desayunando. Ha llovido durante la noche y el día está muy nublado pero hace buena temperatura.
Siguiendo el programa previsto, nos vamos hacia la carretera para tomar un colectivo que nos lleve a Playa, esperamos poco, enseguida llega uno que para. Cuando llegamos a Playa comienza a llover fuerte, nos vamos hacia la estación del bus y decidimos comprar los billetes a Cancún.
El paisaje se vuelve monótono, mucho verde en ambas orillas de la carretera que impide vislumbrar lo que hay mas allá. El bus tarda 1h en hacer el recorrido y para a las afueras de la ciudad, donde está ubicada la estación de autobuses. En cuanto descendemos del bus preguntamos cómo llegar a Puerto Juarez que es donde está el embarcadero para Isla Mujeres. Nos indican que los colectivos paran justo enfrente de la estación, simplemente hay que cruzar la avenida. Hacemos el alto a un colectivo que lleva escrito en el cristal delantero: “PTO. JUARES” se detiene y subimos en él. Nos deja justo a la entrada del embarcadero, sigue lloviznando. Allí todo es muy rápido, nos anuncian que el barco está a punto de salir, compramos billetes de ida y vuelta y subimos corriendo. No tenemos tiempo de pensar pues enseguida se acercan vendedores de excursiones y aceptamos la propuesta de uno de ellos: una vuelta en barco por la costa de levante, incluido “buceo” con aletas, gafas y tubo, comida en Playa Tiburón y vuelta por la tarde hasta el embarcadero, todo por 250$ los 2.
He leído en la guía que esto es lo que hacen los “turistas de montón” pero no hay mucho tiempo para andar buscando otra cosa y definitivamente nosotros sólo podemos dedicar un día a la isla.
La historia está gestionada por la cooperativa de pescadores de Isla, así que, o buscas un barco privado que te lleve sólo a ti o esto es lo que hace la mayoría de gente. La suerte que tenemos es, que el resto del grupo que nos acompaña, son turistas mexicanos con los que conectamos enseguida. Nos llevan a las proximidades de un barco encallado donde nos aseguran que se concentran gran cantidad de peces. Soy la primera en lanzarme al agua, me acompañan unos pocos porque sigue lloviznando y prefieren quedarse en el barco al amparo de una lona. Satur se queda arriba haciendo fotos. Me da rabia que no pueda disfrutar del espectáculo porque con sólo meter la cabeza en el agua ya se ven los peces que nos rodean. El fondo no tiene corales y se enturbia por la lluvia y la falta de sol, pero es fantástico.
El tiempo se ha pasado volando y toca volver al barco para ir a comer. Navegamos paralelos a la costa hasta Playa Tiburón donde tienen instaladas unas grandes barbacoas para asar el pescado con leña y mucho humo. Comemos junto a una familia de México D.F. charlamos con ellos animadamente de México y también de España. Gracias por la información tan útil y el rato de charla a la familia de José Antonio. Ahora seguimos en contacto por mail, bendita Internet.
Por la tarde hicimos el trayecto de vuelta, en Playa del Carmen nos quedamos un rato tomando una cerveza porque había mucho ambiente.
La velada en el hotel muy agradable con espectáculo después de la cena.

26 DICIEMBRE: MÉRIDA
Madrugón, tanto que no estaba abierto el comedor para el desayuno, pero, muy amable, el personal nos lo sirve en el hall.
Salimos pitando a la carretera para tomar un colectivo a Playa y allí tenemos que caminar durante un buen rato para ir a otra estación desde donde sale el bus que va a Chichén-Itzá. Tomamos el que sale a las 8h30’. Nos sorprende el recorrido pues vuelve por la carretera de Playa a Tulum donde hace la 1ª parada, luego pararía en Cobá y Valladolid. A partir de Tulum el paisaje es, como el día anterior, muy monótono porque discurre por una carretera muy recta franqueada por árboles altos, verdes y frondosos que no dejan ver nada más.
A las 12h llegamos a la puerta de entrada a las ruinas de Chichén-Itzá. Hay una cola kilométrica para sacar las entradas y decidimos irnos a Mérida sin pérdida de tiempo. A las ruinas hay que llegar temprano si se quieren disfrutar sin mucho bullicio. Conseguimos plaza en un bus de 2ª, es decir, no es directo y para en todos los pueblos. A mí me gusta la idea porque al menos veremos otro paisaje, construcciones diferentes, pueblos pequeños, cultivos en el campo y gente auténtica.
La idea resultó genial: el bus va por carreteras secundarias pasando por pueblos con grandes plazas en las que, generalmente, está la iglesia y hay gente deambulando. Los poblados muestran casitas sencillas rodeadas de huerto con cultivos de verdes muy vivos, niños correteando y cerdos y gallinas que acampan a sus anchas. En las puertas abiertas se ve poco mobiliario y en casi todas hay una hamaca. La fisonomía de la gente del campo es de facciones indígenas. Las 2h y media que tardamos en llegar a Mérida se me pasaron volando observando todo lo que se asomaba a la ventanilla del bus.
La estación a la que llega “Oriente”, la compañía de 2ª con la que viajamos, está en el cruce de las calles 68/69. Allí mismo compramos algunas cosillas para comer y nos dirigimos a la calle 60 donde se ubica el centro ciudad, en la Plaza, Zócalo, está la Catedral y los edificios principales, también la oficina de turismo donde nos facilitan un mapa e información de la ciudad. Nos vamos a recorrer las calles principales, el día está bastante nublado y hace fresquito lo que nos ayuda ha seguir avanzando. Cuando ya estábamos casi exhaustos apareció ante nosotros el hotel Reforma con pinta de caserón antiguo, entramos a la recepción ubicada en un patio interior acogedor con plantas, sillones y mesitas, la habitación, en cambio, era sólo regular pero decidimos quedarnos para descansar un rato.
Luego, de reponer fuerzas, salimos a seguir con la visita, cenar temprano e ir a un concierto de “trova” que había en el Auditorium Olimpo. El señor que presentaba el evento era muy agradable y entusiasta de la música, el aforo del teatro estaba completo así que preguntó si había gente de fuera de la ciudad y resultó que la mitad éramos forasteros. La mayoría mexicanos de otros lugares, algunos argentinos, peruanos, chilenos… Fue estupendo. Estábamos tan cansados que a la salida del evento nos fuimos a descansar.

27 DICIEMBRE: CHICHÉN-ITZÁ
Nos ponemos en marcha a toda prisa para tomar un bus temprano. Volvemos a la estación a la que llegamos el día anterior sin saber que desde allí sólo salen autobuses de 2ª, no nos queda otra, deshacemos el camino del día anterior. A las 11h estábamos ya dentro del recinto. Accedimos por la puerta oeste, nada más entrar nos topamos con la impresionante Pirámide de Kukulcán, cerrada al público la subida de la escalinata, con la ilusión que me hacía subir. El Gran Juego de la Pelota, el Templo de los Jaguares, la plataforma de los cráneos, el Cenote Sagrado que me resultó sobrecogedor porque pensé en los sacrificios que allí pudieron producirse. Cuando volvimos a la Pirámide ya había más turistas; seguimos hasta el grupo de las mil columnas, el mercado y por un sendero llegamos al Observatorio, es impresionante saber lo adelantados que estaban en astronomía los antiguos, la Casa de las Monjas y el Templo de los Tableros Esculpidos. Intentamos descubrir cada detalle de este impresionante recinto arqueológico estudiando las guías que llevábamos. Tardamos poco más de 3 horas en recorrerlo. A la salida compramos unas máscaras de recuerdo, comimos y tomamos el bus de vuelta a Tulum en medio de aquella maraña de buses y gente. Dormitamos durante el viaje porque el paisaje es aburrido, largas rectas sin más visión que verde a ambos lados de la calzada.
Llegamos a Tulum y descubrimos que ofrece poca cosa, sólo una calle, que es la carretera, tiene algo de animación: comercios, bares y chiringuitos. Aprovechamos para llamar por teléfono a la familia, son las 6 de la tarde, la 1 de la madrugada en España y los hemos despertado. Todos están bien.
Damos un paseo por la calle principal y tomamos un colectivo para volver al hotel. Llegamos derrotados pero con ánimo para cenar y ver en el teatro el espectáculo nocturno.

28 DICIEMBRE: LAS RUINAS DE TULUM. COZUMEL.
El plan para hoy era ir a pasar el día a Xel-Há, el parque está en un paradisiaco entorno natural donde se practica buceo, se nada con delfines y un montón de actividades más. Hasta el indicador de entrada al parque vamos en un colectivo (coincidimos con una pareja de Mallorca, los únicos españoles con los que hemos hablado hasta ahora). Desde la carretera hasta la entrada hay 500-600m que recorremos a pie, una vez en la entrada, nos indican que hay billete único para todo el día con comida incluida. Hoy ha amanecido un día despejado, ya hace un sol de justicia y no son todavía las 9 de la mañana. Por las fotos y el mapa del parque presumimos que debe ser un “Aqualandia + Mundomar” (dos parques temáticos de nuestra ciudad) pero duplicado, sólo pensar que tengo que estar todo el día al sol me desanima, Yo no estoy dispuesta a semejante tortura y Satur tampoco está muy convencido. Así que hay cambio de planes: nos vamos a Tulum, a la zona arqueológica, pendiente todavía por visitar.
Volvemos a la carretera y tomamos un colectivo que nos deja en la carretera de entrada al recinto. Desde aquí hay 750m a la entrada, eso dice la guía, pero el camino se hace largo y tenemos que comprar agua porque el sol calienta ya de lo lindo. Cuando, por fin llegamos, hay bastante gente esperando acceder. Los restos no son tan grandiosos como los de Chichén pero el azul del cielo y el azul del mar hacen muy agradable la visión del conjunto que parece más vivo.
Hicimos el recorrido en 2 horas, sacamos fotos desde todos los ángulos a todos los rincones, una vez concluida la visita volvemos hacia la carretera. Coincidimos con un espectáculo de ”hombres voladores”, ascienden a un alto poste ataviados con ropajes tradicionales y se descuelgan atados a cuerdas por los pies y dando vueltas. Pasan pidiendo luego una propina para los artistas. El sol sigue pegando de lo lindo, hoy es el primer día que estamos pasando verdadero calor. Antes de llegar al final nos aborda un conductor y subimos sin pensarlo a su vehículo con aire acondicionado. Como no hay muchos viajeros todavía se demora la salida, así que tardamos una hora en llegar a Playa del Carmen. Una vez allí nos vamos al embarcadero con rapidez para tomar el barco a Cozumel. Tenemos suerte, primero porque el barco sale de seguido y segundo porque aparecen las nubes y el sol se apaga por el momento.
San Miguel de Cozumel es una ciudad que ha crecido al servicio de los visitantes de cruceros, muy de moda en estos tiempos y, justo en estas fechas navideñas, muy abundantes. Hay 8 grandes barcos fondeando en la bahía y las calles están repletas de gente. Bueno en realidad son 2 las calles plagadas de chiringuitos y comercios, sobre todo en primera línea es donde se ubican más macrotiendas y macrocafeterías abarrotadas de gringos bebiendo y bailando al son de una música altísima.
Lo mejor de Cozumel parece ser el buceo, pero no puedo abusar ya que Satur no lo haría y hay poco tiempo. Anduvimos paseando por las 2 calles animadas, el resto son hoteles o zonas residenciales con grandes casas.
Tomamos el barco de las 5 de la tarde para la vuelta, una vez en Playa damos una vuelta por la zona de las tiendas pero yo me aburro rápido si no tengo intención de comprar. Un colectivo nos devuelve al hotel, este recorrido nos ha resultado bastante caro porque con las prisas el conductor nos devuelve de un billete de 50pesos sólo 1$ americano, ¡cosas que pasan! Ducha, cena y espectáculo en el teatro (como cada noche), hoy me atreví con el tequila.

29 DICIEMBRE: CENOTES.
Se acaba el tiempo y no hemos visto cenotes en estado puro. El de Chichén-Itzá no cuenta. Descubrimos en nuestro mapa que muy cerca de nuestro hotel hay un parque que tiene, al menos 4, para poder visitar. Salimos de las instalaciones de Complejo Barceló y nos vamos andando en dirección Tulum, a 300-400m hay un cartel anunciador “ECOPARK KANTUN-CHI: Cenotes y cuevas donde poder nadar y hacer snork”. Tomamos el camino de tierra de la derecha y a 500-600m llegamos a la entrada. No hay ningún visitante, el entorno parece un poco descuidado pero decidimos llegar hasta la cabaña de recepción. El chico que la atiende nos explica que toda la zona quedó arrasada tras los últimos huracanes, ahora están intentando recuperarla. Nos propone entrar en una cueva, la boca es muy estrecha y la escalera para descender muy rudimentaria, la entrada acondicionada se derrumbó, cuando llegamos al fondo esperamos un momento para adaptarnos a la oscuridad, está deteriorada, hay dos hombres trabajando dentro con alta temperatura y una humedad insoportable. No es posible adentrarnos más porque hay agua en el suelo y resbalamos. Salimos al exterior y nos dirigimos a ver la maqueta del parque para orientarnos, nos explica que los senderos para llegar a los cenotes no están en muy buen estado y hay poca fauna. Iniciamos el recorrido por una frondosa vegetación y logramos llegar hasta 4 de los 6 cenotes que hay en la zona. Nos acompañan algunos monos araña y algunas aves de plumaje colorido que se escabullen con nuestra presencia. El paseo fue agradable, sólo nos topamos con el inconveniente de la picadura de algunos mosquitos que nos atacaban a través de la camiseta.
Volvimos contentos al hotel y apagamos la sed con una cervecita fresca junto a la piscina. Nos tomamos la tarde de relax. Después de la siesta paseamos a lo largo de la playa hasta llegar al límite del complejo. Lo rebasamos hasta el siguiente, formado por casitas con techo de ramas de palma, que está totalmente ruinoso, el chico que lo vigila nos contó que lo arrasó todo el huracán y que a él le pagan para no dejar pasar a la gente pues se lo llevan todo. Nos contó que han arreglado los hoteles pero que hay mucha gente de los pueblos cercanos que todavía no tiene casa.
Volvemos cuando el sol se apaga tras andar varios kilómetros.
Nos arreglamos para la cena especial en el restaurante español “Don Quijote”, que resulta magnífica. Luego al teatro a ver un bonito espectáculo de música en directo acompañado de sorbos de tequila. Un final estupendo para recordar.

30 DICIEMBRE: ÚLTIMO DÍA.
Ayer nos anunciaron que nos recogían alas 14h, por tanto tenemos toda la mañana para disfrutar de las instalaciones del hotel. Nos vamos a la piscina, tomamos tapas y cervezas, nos refrescamos nadando por ella, y se pasa el tiempo…
Alistamos el equipaje y a las 13h entramos al comedor. Minutos antes de las 14h ya estamos listos en recepción, nos anuncian que se retrasa la salida hasta las 16h. En principio nos lo tomamos hasta bien, tenemos tiempo de tomar café y alguna bebida mientras esperamos.
Pasan ya de las 4 de la tarde y nadie nos dice nada, la gente comienza a inquietarse y el camarero que nos atiende comenta que el retraso se debe a que en Madrid ha habido un atentado de ETA. Mi primer pensamiento tras escuchar la noticia ha sido de rabia, estos etarras asesinos han matado la esperanza, ¡qué mierda!
La gente está muy nerviosa pegada a la pantalla de las televisiones que dan noticias, esperando averiguar algo. Nos anuncian que salimos de 6 a7h del hotel pero que el vuelo se retrasa hasta las 00h40’, o sea 7horas mas tarde de lo previsto. Nosotros no tendremos problemas porque nuestro coche está en Madrid, pero la gente que tenía que enlazar con otro vuelo lo perderá.
Hay tensión en el ambiente y cabreo general.
Una vez en el aeropuerto nos toca hacer más de 3 horas de cola para facturar y más de otra hora para embarcar.
El viaje de regreso se ha hecho pesado, estamos muy cansados. Por fin a las 5 de la tarde del día 31, hora española, llegamos en Barajas. Llamamos inmediatamente a la familia para tranquilizarla, estaban muy preocupados por si habían dañado el coche y no podíamos volver.
No hemos visto nada anómalo porque nosotros aterrizamos en la T-1 y nuestro coche estaba estacionado en el “Parking Larga Estancia”.
El bus nos lleva hasta allí a buscar el coche para irnos a Albatana (Albacete) a tomar las uvas con mis padres y empezar un nuevo año…
Afortunadamente de esta aventura hemos salido ilesos.