CANTABRIA Y PAIS VASCO 1986

4 DE NOVIMBRE DE 1986

Tras unos días en Torre Pacheco, con la idea de no salir de vacaciones por que la economía no estaba muy boyante (como casi siempre), decidimos (como casi siempre) que sólo se vive una vez, Estendimos el mapa sobre la mesa y en menos de 5 minutos habíamos trazado un itinerario, y es que por algo dicen nuestros amigos que somos la mejor agencia de viajes.

1°- Torre Pacheco, Villaviciosa de Odón.
Como no estaba el Jiménez en el cuartel, (que por aquellos entonces cumplía sus obligaciones con la patria) pues pasamos casi todo el día esperándole. Nos comimos un menú en Las afueras de Madrid y volvimos al cuartel. Cuándo al fin volvió con su ambulancia, reiniciamos viaje y como ya era costumbre para dos paletos de pueblo ( ¡perdón! que yo soy de campo), pues eso que nos perdimos en Madrid, y esta vez batimos todos los récords, hasta tres veces pasamos por la Puerta de Alcalá. Ya oscureciendo salimos de Madrid y por Somosierra paramos a dormir.


Catedral de Burgos
2°-La primera parada la hicimos en Aranda de Duero (mucho frío), dimos una vuelta, cruzamos el Duero por un puente y nos dirigimos a la Caja Postal para sacar unas pesetillas de Las pocas que teníamos. Continuamos hasta Burgos visitando el centro y la catedral (impresionados) a la salida visitamos Miraflores, un monje nos enseño el monasterio y nos explicó con todo lujo de detalles.


Continuamos hasta el embalse del Ebro y bordeándolo llegamos al mismísimo nacimiento en Fontibre (tantas veces repetido de carrerilla en el colegio), nos sorprendió el chorro que sale del nacimiento y es que una persona sedienta podría tragar el caudal con que inicia su andadura. Al atardecer y tras pasar por Cabezón de la Sal, llegamos a Comillas, nos encantó, tanto, que durante mucho tiempo estuvo en nuestra mente la idea de volver, (y vaya si hemos vuelto, tres veces al día de hoy) dormimos en Casa Maruja un hotelito de ensueño, antiguo, de madera y piedra, con una decoración rústica y un balcón de madera. Visitamos el monumento al Marqués, la universidad y como somos de pueblo, pero de pueblo, pueblo, pues no encontramos el Capricho de Gaudi. Ni al día siguiente se nos ocurrió entrar al centro de Santillana .

3° Desayunamos en la orilla de la carretera para hacer tiempo pues fuimos directos a las cuevas, (me refiero claro esta a Altamira) y tras la espera descubrimos que estaban cerradas. Nos hicieron pasar a una réplica y nos mostraron unas diapositivas de la auténtica que nos decepcionó mucho. Con la frustración a cuestas decidimos pasar a otra cosa… Y también pasamos de Santillana del Mar, nunca imaginamos el tesoro que guardaba hasta que años mas tarde en la compañía primero de mi hermano y Ángel, y luego con toda la trupe descubrimos.
Santander: la Magdalena, el Sardinero y un simpático anuncio que nos hizo mucha gracia rebajas de paraguas por sequía”, aquí tendrían que regalarlos.
Comimos a la salida, y pedimos algo nuevo ´´rabas´´, sorpresa, no son mas que lo que aquí llamamos calamares a la romana.
Continuamos tras la comida por la costa cántabra, visitando Noja, Santoña y Laredo, donde dormimos. Por la noche como la Mari estaba cansada se quedo en la cama y yo salí un poco al casco antiguo, muy bonito, a pasear y tomar unos chiquitos, los bares estaban llenos y el sistema de tapeo me gustó, los pinchos los coges tu y al final pagas según los palillos que tengas.
Llamamos a Francisco y nos orientó para llegar a su casa . Todavía y antes de irnos de Laredo dimos una vueltecita por la playa (el Benidorm de los Bilbaínos) nos sorprendió bastante la playa inmensa y con autenticas olas. De camino a Bilbao paramos en Castro Urdiales, sobre todo recuerdo su faro en una isla desierta y casi a tiro de piedra de la costa, desde entonces sueño con ser farero ¡que tranquilidad!
Llegamos a Bilbao y Francisco nos esperaba, después de instalarnos en su casa subimos al monte Archanda, y por la noche cruzamos la ria en transbordador y pasamos a Santurce, paseamos, charlamos y comimos lo típico `sardinas.


En los días sucesivos, no sé si uno ó dos visitamos la ciudad (impresión pobre) mucho humo y mucha industria, él ultimo día comimos en un self servis, no los conocíamos y no nos cautivaron.
7º Nos despedimos y continuamos viaje hacia Guernica, visitamos el Arbol y la Casa de Juntas. Por el camino visitamos: Lekeitio, Ondárroa y el monasterio de San Ignacio de Loyola. Por la tarde subimos al monte Igueldo y ahí fue donde mi Mari sufrió un accidente por culpa de su incontinencia, (no entraré en detalles). Despues visitamos San Sebastián, con la Concha, el casino, etc. Nos alucinó, (volveremos). Salimos al atardecer y dormimos por el camino (supongo) pues aquí me falla la memoria.
8º. -Yo quería hacer un pequeño viaje al recuerdo y volví a Irun y Endaya, todo estaba irreconocible incluido el paso aduanero, en esta ocasión no tuve que despelotarme ante los de inmigración con mi padre y 40 compañeros mas, y sobre todo, ninguna funcionaria con cara de Rotermeyer toco mis órganos, con los que y “dicho sea de paso” no iba a trabajar en la France.
Llegamos hasta St.Jean-de-Luz. Comenzamos a volver y dormimos por el camino en un Motel con camioneros y trabajadoras del amor. Como Francisco nos había recomendado visitamos el Monasterio de Piedra, la verdad no lo esperábamos así, nos sorprendió favorablemente, también nos sorprendió, no tan favorablemente, a la salida del monasterio comprobar que teníamos solo mil pelillas así que salimos echando leches y cuando los estómagos zurrían mas que el motor del coche, paramos en un bar de carretera por Valencia y nos comimos Las mil convertidas en suculentos bocotas.
Volvimos con los bolsillos vacíos pero contentos y convencidos de repetir. FIN

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