ANDALUCIA Y ALGARVE S.S 97

SEMANA SANTA. 1997

El viaje siempre comienza semanas antes de la salida, es preciso tener información de los lugares por los que se quiere pasar.
Como siempre, Satur ha preparado minuciosamente el recorrido, estudiando con todo lujo de detalle la información que nos enviaron de la oficina de turismo de Portugal.

JUEVES SANTO, 27 MARZO.
Cuando Satur salió del trabajo yo lo esperaba en la puerta del hospital, eran las 13’45 h cuando comenzamos. Nuestra Serena ha cumplido 63240 kms. Cogemos el camino que conduce a la autopista y no paramos hasta llegar a la gasolinera de Librilla (en Murcia) donde repostamos y estiramos un poco las piernas
La verdad es que a partir de Murcia el tráfico era cada vez menor, y hasta la entrada de Sevilla se mantuvo fluido. Llegamos al camping Sevilla (está cerca del aeropuerto) a 20’10 h. Había mucha gente, pero enseguida encontramos un lugar para nuestra “furgo-casa”. Pedimos información en recepción y nos advierten que la noche más importante de la Semana Santa, “la noche grande”, era precisamente aquella que empezaba entonces y que el último bus al centro de Sevilla salía a Las 21’30 h. En temporada alta hay servicio directo de autobús del camping al centro de la ciudad.
Nos propusimos no perdernos nada. Nos pusimos en marcha de inmediato, preparamos la “furgo-cama” para la vuelta, cenamos, nos pusimos calzado cómodo y nos fuimos a vivir la noche sevillana...
Nada más bajar del bus, nos encontramos con la “entrá = entrada” de una imagen: apoteósico, cómo sonaba la música, cómo bailaban la imagen de la virgen, cómo lo vivían y cómo lo contagiaban. Las calles estaban repletas de gente, mucha gente, en algunas calles como la de Sierpes no se podía ni pasar, el motivo es que por allí pasaban todas Las imágenes y había sillas para sentarse. Apenas era media noche y aquello no daba muestras de haber hecho más que comenzar.
Seguimos paseando y empapándonos de Sevilla, esta ciudad es tan rica y completa que no hay forma de terminarla. En cada calle, en cada rincón, en cada tasca, incluso en cada flor hay una invitación a zambullirse en esta maravillosa ciudad que logra cautivar a todo el mundo.
Anduvimos mucho, decidimos quedarnos en la plaza de la Catedral, por donde nos dijeron que por este punto pasaban todas las imágenes y millares de nazarenos.
Nos hacía mucha gracia oír discutir al personal expresando, con esa pasión que sólo saben expresar ellos, la simpatía que tienen por la “Trianera” o por la “Esperanza Macarena” o por el paso del Silencio o el Gran Poder...
Bueno, pues en la plaza de la Catedral vimos pasar a los tres pasos más importantes: el Silencio, el Gran Poder y la Macarena. Entre paso y paso, como tardaban mucho tiempo nos íbamos a repostar a los chiringuitos de los alrededores, y no éramos los únicos...
Volvimos en taxi a Las 6’30 de la madrugada, tras el paso de la “Macarena, Guapa” que llevaba unas tres horas de retraso sobre el horario previsto.
Bus: 200 pts –trayecto. Taxi: 1800 pts.

28 MARZO, VIERNES SANTO
Nos levantamos a las doce. Hacía calor. Una duchita antes de comer, calzado cómodo y pa Sevilla otra vez: Plza España, Parque Mª Luisa, Torre del Oro, aledaños de la Maestranza, Puente de Triana, donde vimos el paso de una cofradía... entre paseo y paseo hacíamos un alto en el camino; parada para tomar un helado o algún refresco y descansar un poco. La emoción de encontrar nuevos rincones que no conocíamos, descubrimos por casualidad la Plaza del Cabildo, una plaza interior muy original, redonda y arqueada. Y seguimos andando, justo en la calle Santander nº 15 nos topamos con una tasca: “BODEGÓN TORRE DEL ORO”, es original, estupenda, con un ambiente embriagador y unas tapas que quitan el “sentío”... (nos acordamos de mi hermano, pues las paredes están plagadas de carteles de toros y fotos de toreros, seguro que le gustaría venir aquí). Nos tomamos unas raciones de calamares, chipirones, cazón en adobo con unas cervezas =2550 pts. ¡Buenísimo!
Volvemos a Las 10’30 de la noche, totalmente derrotados de tanto caminar, pero satisfechos porque Sevilla siempre merece la pena.
Camping: 3540 pts.

SÁBADO, 30 MARZO.
Salimos del camping a Las 9’45 h. en dirección a Huelva, pero camino de Portugal. En la frontera cambiamos algo de dinero. Anduvimos por la autovía nueva hasta su terminación cerca de Lagoa, donde hay un parque de animales “Zoomarine”. La entrada 2.150 escudos, cada uno, lo mejor la actuación de las focas y los delfines. Comimos dentro del parque unos bocatas para no perder tiempo.
Nos desviamos al interior, hacia Siles donde visitamos el castillo (500 esc.) y la iglesia en la que ensayaba un coro de niños que trasmitían paz con sus cánticos; poco más que destacar del pueblo. Seguimos ascendiendo hasta Monchique, el pueblo más alto del Algarve, anduvimos por sus empinadas calles, el pueblo es pequeño. Lo mejor: el pórtico anudado de la iglesia.
Buscamos luego la tasca “Barlefante”, recomendada en la guía por sus tapas que quisimos probar para darle la razón: unas tortitas saladas y una especie de croquetas con sabor a pescado muy buenas que acompañamos con cerveza.
Nos vamos recorriendo la planicie en busca del camping “Vale da Telha”, un poco dificultoso de encontrar porque se nos hizo de noche y la carretera estaba en obras. Preguntamos varias veces antes de llegar y como siempre la gente es atenta y estupenda, un chico nos guió con su coche. ¡Gracias por la amabilidad! En el camping había poca gente.
Camping: 1440$

DOMINGO, 30 MARZO.
Recogemos y después del desayuno comenzamos a descender bordeando la costa, zona de urbanizaciones vacías y viento fresco del Atlántico. Paramos en Vila do Bispo, hasta donde nos llevó una pésima carretera. La única recomendación monumental de la guía era la iglesia, pero estaba cerrada y el bar que menciona estaba medio dormido y ni siquiera tenía café. Lo que sí había eran muchos ciclo-turistas y fuerte viento.
De allí a Sagres camino del Cabo San Vicente –“el fin del Mundo” en alguna época pasada. Está rodeado de escarpados acantilados que arropan este saliente que se asoma al Atlántico y que azota con fuerza el viento. Colgados de ellos habían unos pescadores que parecía se tragaba el mar de un momento a otro, ¡están locos estos portugueses! Visitamos una fortaleza en Belixe, otra en Sagres con buenas vistas y algunos turistas, nos quedamos a comer en Sagres, en ”A Tasca”, lo recomienda la guía, frente al puerto, un restaurante original decorado con miles de botellas en las paredes y langostas vistosas en una pecera, 4600$ por 2 menús.
Por la tarde visitamos Lagos, un bonito pueblo amurallado con un castillo –fortaleza, que visitamos. Compré dos azulejos de recuerdo y me traje una piedra del lugar. Aquí nos ahorramos 5000$ que nos perdonó el guardia por una multa de mal aparcamiento (¡muchas gracias!, nos lo gastaremos a su salud).
Luego a Portimao, aparcamos en el centro, dimos un paseo por las calles peatonales donde se concentra el comercio y pasea la gente, aunque como es domingo todo estaba cerrado. Llegamos paseando hasta el puerto y nos hicimos fotos en una plaza que tenía bancos de azulejos.
Terminamos el día en Albufeira, cuando llegamos estaba anocheciendo. Había mucha gente y poco sitio donde aparcar. Es uno de los pueblos con más encanto del Algarve, calles peatonales con subidas y bajadas, muchos chiringuitos, tiendas, bares, música, colorido, alegría, y una gran playa; pero ya estaba tan oscuro que no pudimos disfrutarlo y las fotos no se ven.
Buscamos el camping más cercano, que estaba a 2 km., se llama Albufeira y es con diferencia, el mejor de los que encontramos en todo el Algarve, muy grande y con muchos servicios, cenamos en su restaurante una rica “Cataplana”, que es una cazuela de mariscos un poco picante, la acompañamos con un par de botellas de vino verde y una copa de aguardiente de madroños que quemaba el esófago... total 6.500 esc.
Aquella noche dormimos como angelitos

LUNES, 31 MARZO.
Sorpresa matutina, al ir a pagar la estancia del camping me piden justo la mitad de lo que pone la tarifa oficial, ¿cómo? Si, si, estaba reducida al 50% justo en aquella época, total = 1.380 esc. ¡Muchas gracias!
Nos dirigimos a Faro con el propósito de parar en algún sitio a comprar vino, pensábamos encontrar alguna bodega a las afueras de la ciudad; pero finalmente encontramos un supermercado donde había vinos y nos compramos 3 cajas de vino verde para alargar el sabor de Portugal a la vuelta y obsequiar a los amigos.
Faro es una ciudad grande, nos orientamos por el itinerario que propone la guía y casualmente aparcamos junto a la Catedral que estaban a punto de cerrar, nos apresuramos a visitarla. De la ligera visita poco que destacar, acaso unos azulejos pintados en el siglo XVIII, según nos dice la guía. Recorrimos la zona antigua amurallada, una zona peatonal con mucho bullicio, tiendas y restaurantes que incitaban a pecar a unos turistas cansados y, como somos débiles, decidimos buscar cobijo al paso por “Adea Rocha”. Entramos, la tasca era un poco cutre pero ofrecía un arroz con marisco riquísimo. La carta decía para dos personas pero allí comían al menos 4, total: 4.600 esc.
Con energías renovadas visitamos luego “la capilla de los huesos” que se encuentra dentro de una bonita iglesia (ahora no recuerdo su nombre).
Paramos luego en Olhao y visitamos el barrio de pescadores, que nos decepcionó bastante porque está muy deteriorado. Pasamos por los mercados de flores y pescado que vimos de reojo porque estaban cerrando.
Directamente a España, hasta Ayamonte, pueblo grande y blanco, al fondo está Isla Canela llena de barquitos y pescadores de vuelta de la faena, allí contemplamos un atardecer estupendo. De allí a Isla Cristina donde acampamos, camping Giralda, casi vacío.


MARTES, 1 ABRIL.
Antes de marchar visitamos las dunas y la gran playa que hay frente al camping, mucho viento; pagamos la factura: 1855 pts.
Huelva: ciudad con pocos monumentos, catedral casi imperceptible, una alameda y muchos bares con tapitas y cerveza. Posiblemente le dedicamos poco tiempo para saborearla.
La Rábida: gran complejo con muchas cosas para visitar, zonas verdes, ¡bien! Vimos el recinto de Las Carabelas, el Monasterio y un poco el parque; aquí hay que ir con mucho tiempo y ganas de andar.
Camino de Matalascañas, la carretera discurre entre grandes dunas de arena, estaba casi todo cerrado y sin vida, nada que ver con el bullicio del verano.
En el camino hacia “el Rocío”, paramos en el observatorio del Acebuche y, como es normal, no vimos apenas nada. Lo que nos sorprendió fue la imagen que nos ofrecía la aldea del Rocío: verde, agua, marismas, animales, arena, blanco inmaculado,... estaba distinto a dos años atrás. ¡ Es impresionante el montaje que hay allí!
El tiempo en esta parte del recorrido nos cundió más de lo previsto, así que decidimos avanzar camino hasta que nos abatiera el cansancio... y así llegamos hasta un camping cercano al cruce de Antequera: ”Saido” que sólo recomiendo si es estrictamente necesario.

MIÉRCOLES, 2 ABRIL.
Decidimos aprovechar el día que nos restaba, paramos en Santa Fe, símbolo del final de la época Nazarí que tanto gusta a Satur, poco que ver aquí. Alrededor de la plaza de España: iglesia, museo que sólo abre de 5 a 8 de la tarde, la fachada del ayuntamiento de estilo mudéjar y 3 puertas de acceso a la población, recién restauradas.
Dirección a la costa de Granada, con obras en la carretera, el paisaje de la costa es, cuanto menos, curioso, los plásticos de los invernaderos llegan hasta la misma arena de la playa. En Adra comienza la autovía. Comimos poco antes de llegar a Mojácar, pueblo empinado que no conocíamos y que, seguramente, habíamos magnificado demasiado,
A la vuelta visitamos a María que estaba ingresada en el hospital de “Los Arcos”, en San Javier (Murcia).
Volvemos a Benidorm ya de noche, ¡estamos en casa!
El jueves 3 de abril nació su hija, María, la sobrina de Satur y ahijada de los dos.

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